Como todos pudimos comprobar, la pandemia de la COVID-19 fue un triste evento mundial con una repercusión enorme, que afectó a todos los ámbitos de nuestra vida. La educación no fue la excepción.
De la noche a la mañana, nos encontramos ante un nuevo panorama y un nuevo reto que afrontar: enseñar desde casa a través de una pantalla a alumnos sin supervisión, con PCs y móviles a su alcance, probablemente las dos mayores fuentes de distracción para ellos en la actualidad.
Si ya es complicado en la era de las Redes Sociales que nuestros alumnos y alumnas presten atención en el entorno escolar -donde disponemos de todas las condiciones para que estén concentrados- el escenario se complicó muchísimo para profesores y padres cuando estos niños y adolescentes estaban en casa, con acceso ilimitado a Tiktok, Instagram, Fornite, o, simplemente, una mosca volando.
Es en este contexto en el que surge Pincelada de Historia, en un intento de lograr captar la mayor atención posible por parte de un público obligado a escucharte teniendo a su alcance otras opciones mucho más atractivas.
Era renovarse o morir, como bien expresó un gran escritor:
El progreso consiste en renovarse
Miguel de Unamuno
Por qué Pizarras y dibujos
Confinada en casa empecé a barajar la idea de ayudar y a la vez mantener la atención de mi alumnado, pero ¿cómo? Y es ahí donde recordé que los estudios demuestran que dibujar y garabatear mejoran nuestra comprensión y nuestro pensamiento creativo, y además no se me da del todo mal. Así que saqué mi pequeña pizarra y comencé a dibujar los temas de clase en mis videollamadas.
Hagamos un pequeño experimento:
Recuerda cuando eras pequeño -y no tan pequeño- y estabas en clase tomando apuntes, haciendo ejercicios o, como era lo más normal, perdiendo el tiempo mientras tu profesor o profesora intentaba con entusiasmo que aprendieras algo nuevo. ¿Te visualizas?
Ahora recuerda qué hacías mientras escuchabas.
Me arriesgaría a decir que tus libretas están llenas de dibujos, corazones, retratos de amigos, personajes de los que hablabais en clase o cualquier cosa que tú imaginación te pedía en ese momento. ¿Me equivoco?
Para aquellos que pasan a la vida académica superior la cosa se complica y es clave aprender a sintetizar información, y normalmente se comienza con esquemas o resúmenes que más tarde sabremos desarrollar a través de ideas clave. Es aquí donde aparece el pensamiento visual.
Visual Thinking: cómo nos puede ayudar

Visual Thinking (en Inglés) es algo innato a la condición humana. El pensamiento visual funciona porque el 80% de nuestro cerebro está diseñado para asimilar y procesar imágenes, por lo que le suponen menos esfuerzo que leer un texto. Se sabe que nuestro cerebro tiene dos hemisferios y que cada uno de ellos piensa de diferente manera, si el derecho es el creativo, visual y emocional, el izquierdo es el lógico, racional y piensa de manera verbal.
Como dice el refrán “Una imagen vale más que mil palabras”, así que a través de esta forma de enseñar hacemos que nuestro cerebro equilibre ambos hemisferios, y nos ayude a entender y recordar mejor lo que estudiamos.
Sunni Brown, escritora de brillantes libros como Doodle Revolution y Gamestorming nos dice: “Our culture is so intensely focused on verbal information that we are almost blinded to the value of doodling”. “Nuestra cultura está tan intensamente enfocada en la información verbal que estamos casi ciegos ante el valor de los garabatos”.
Se ha demostrado que la gente que garabatea o dibuja mientras estudia retiene mucha más o información que quien no lo hace. Se ha enfocado el dibujo mientras se estudia a la perdida de concentración, pero, todo lo contrario, bien utilizado, puede tratarse de un gran aliado. https://www.ted.com/talks/sunni_brown_doodlers_unite
Te invito a que animes a tus alumnos a realizar sus propios esquemas con sus propios garabatos y dibujos, anímalos a que creen sus propias “pizarras”