Hoy día se habla mucho de cómo mejorar las técnicas de aprendizaje de nuestro alumnado, cómo hacer que las clases sean más atractivas, más dinámicas y, en definitiva, cómo hacer nosotros, los profesores, que ellos aprendan más y mejor....
Pero he ahí el error: se está enfocando la educación hacía la necesidad de que el profesorado sea el encargado de innovar y de estar en continua búsqueda de nuevos métodos de aprendizaje, mientras los alumnos siguen en la misma dinámica desde hace más de dos siglos.